En un entorno donde la sostenibilidad, productividad y la eficiencia son cada vez más críticas para la horticultura, Finka San Antonio, en colaboración con Grodan, está liderando un ensayo técnico-comercial pionero en México: el uso de slabs de lana de roca para el cultivo de tomate en invernaderos de alta tecnología.

Ubicada en San Juan del Río, Querétaro, Finka San Antonio forma parte de un ambicioso proyecto de expansión de 21 hectáreas de invernaderos de vidrio difuso, donde se cultivan tomates tipo Grape y Cóctel exclusivamente para exportación a Estados Unidos y Canadá. “Nuestra apuesta siempre ha sido por la tecnología y la especialización. No cultivamos los tomates más comunes como el Roma; trabajamos especialidades”, explica Gerardo López, grower de la unidad.

Lana de roca: una prueba con impacto positivo.

La iniciativa conjunta surge ante retos técnicos comunes en la producción hidropónica mexicana: mejor control en la productividad y la necesidad de activar la recirculación de agua y nutrientes debido a los sedimentos presentes en el drenaje del sustrato de coco.

“En México, la mayoría trabaja con fibra de coco, pero eso complica el reuso del drenaje. Grodan nos propuso hacer una prueba con lana de roca, buscando un drenaje mucho más limpio, y aceptamos el reto en una superficie de 2.4 hectáreas ya en producción”, comenta Gerardo López.

Con un sistema de riego independiente y  acompañamiento técnico directo de Grodan, se establecieron parámetros precisos para distribución de plantas, densidad de cultivo y programación de riego. Los resultados hasta ahora son alentadores: una buena producción, raíces sanas, buena uniformidad radicular, desarrollo vigoroso y un drenaje más claro, lo que podría permitir ahorros de hasta un 30% en agua y fertilizantes mediante recirculación.

Una visión compartida de crecimiento

Más allá de los beneficios agronómicos, el proyecto refleja una visión compartida entre productor y proveedor. “Innovar es parte de mi forma de trabajo. Tener socios como Grodan que se acercan con soluciones reales y que te acompañan, te da seguridad. No se trata solo de probar, sino de que funcione”, afirma Gerardo López.

El eslogan de Grodan “Diseñado para crecer juntos / Designed to Grow Together” cobra sentido tangible en esta alianza: un compromiso entre Finka y Grodan para desarrollar soluciones sostenibles y rentables, que no solo atienden las necesidades del presente, sino que preparan a la industria para el futuro, donde el panorama en la productividad con la disponibilidad del agua se estima cada día más dificil.

“Es vital contar con proveedores que formen parte del equipo, que nos ayuden a ser más eficientes. Estas pruebas ya no son de laboratorio, son pruebas comerciales y buscamos éxito real”, concluye.

Con resultados prometedores y una visión clara, esta colaboración podría marcar un antes y un después en la adopción de nuevas tecnologías de sustrato para la horticultura mexicana, desarrollando el panorama de la gestión hídrica y logrando una productividad óptima donde un mejor control en el cultivo es un factor clave en los rendimientos.

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