Como parte de su trabajo para Grodan, la Directora de Marketing Gonneke Gerkema es a menudo la única mujer en los equipos directivos. Por ella misma, por su hija y por las futuras generaciones de mujeres, desea que haya más igualdad de género en los lugares de trabajo. «Además, varios estudios demuestran que un equilibrio entre hombres y mujeres también es bueno para las empresas», afirma. Para contribuir activamente a cambiar las cosas, acaba de unirse a la Alianza de Género para la Innovación en la Agricultura (GAIA) en nombre de Grodan. En este sentido, hemos pedido a algunas de nuestras compañeras que compartan sus experiencias como «mujeres en la horticultura».
Aquí, Joyce Rasquin, Directora de Desarrollo Empresarial en Roermond, habla de los signos positivos de cambios en Grodan, y explica por qué cree que una carrera en horticultura es tan atractiva para las mujeres como para los hombres.
En mi puesto de directora de Desarrollo Comercial, dirijo un equipo de tres personas -dos hombres y una mujer-, de modo que en mi propio departamento hay una proporción exacta de 50/50 entre hombres y mujeres. Sin embargo, en algunos ámbitos de Grodan predominan los hombres, sobre todo en las funciones más técnicas.
Signos positivos de cambio
Pienso que es positivo que nos hayamos unido a GAIA para prestar más atención al tema de igualdad de género. Estoy deseando ver cómo las distintas iniciativas nos ayudan a progresar, porque creo que la diversidad de todo tipo, no sólo de género, es necesaria para garantizar que se tienen en cuenta todos los puntos de vista. Ya veo algunos signos positivos en Grodan. Muchos miembros masculinos del equipo reconocen cada vez más que las colegas femeninas pueden aportar perspectivas diferentes, buscan activamente sus aportaciones y observaciones, lo cual es un buen comienzo.
Dicho esto, el sector de la horticultura en su conjunto sigue siendo en gran medida un «mundo de hombres». No es raro descubrir que eres la única mujer en una situación de trabajo ya sea en reuniones internas o cuando visitas a cultivadores, centros de investigación, estaciones de ensayo o consultores-, pero personalmente nunca me siento intimidada por ello. Todas las personas tienen el mismo derecho de expresar sus opiniones, y puedo mantenerme firme en las discusiones. Por otro lado, en las conferencias y ferias del sector nunca hay colas en los aseos de señoras.
El título de Horticultura no es imprescindible
Me gustaría ver a más mujeres trabajando en la horticultura, por supuesto. Por desgracia, siempre que tengo un vacante recibo más solicitudes de hombres que de mujeres. Supongo que en gran medida es un reflejo de que muchas mujeres piensan que tienen los conocimientos y las aptitudes necesarias para trabajar en este sector. Sin embargo, no siempre es imprescindible ser licenciado en horticultura o tecnología. Yo misma procedo del mundo empresarial, pero hice un programa de estudios adicional en Wageningen tras incorporarme a Grodan hace cuatro años para comprender mejor la Agricultura en Ambiente Controlado (AAC).
En esencia, la AAC es el punto de encuentro entre la naturaleza y la tecnología. Las personas no se dan cuenta, pero, aunque en un invernadero de alta tecnología es un entorno controlado, está lleno de vida: no sólo hay plantas y flores, sino también abejas, así como otros insectos. Trabajar con organismos vivos crea un ambiente único en este sector. Todos quienes trabajan en el sector están muy motivados y les apasiona su trabajo.
Impacto positivo
Es un orgullo trabajar en el principio de la cadena alimentaria. Aunque siempre he trabajado en la industria de alimentos al principio para un productor de alternativas lácteas vegetales y después para una empresa de ingredientes, ahora siento que participo en la parte más interesante y fascinante de ella. Al fin y al cabo, al ayudar a los agricultores a producir más alimentos o medicamentos utilizando menos recursos naturales, como energía y agua, podemos influir positivamente en la vida y el futuro de las personas.
De hecho, nuestro sector forma parte de la solución de algunos de los retos globales actuales, como alimentar al mundo y mejorar la sostenibilidad. La idea de trabajar en un sector tan dinámico, innovador y gratificante tiene tanto atractivo para las mujeres como para los hombres. Así que espero que muchas más mujeres se animen a unirse a nosotros.