"Por qué es importante el cultivo basado en datos"
Como investigadora de la Universidad e Investigación de Wageningen y coorganizadora del Desafío del Invernadero Autónomo, Silke Hemming sigue de cerca los avances en el campo del cultivo basado en datos. "Aún quedan muchos obstáculos por delante, pero el mundo entero nos está mirando por encima del hombro y nos ayuda a impulsar esta forma de cultivo. Hace quince años nadie tenía fe en la iniciativa, pero las cosas han cambiado desde entonces."
Mientras tanto, se ha hablado y escrito mucho sobre la primera edición del Desafío del Invernadero Autónomo. El interés por la segunda edición, que comenzará a mediados de diciembre de 2019 y será aún más desafiante, es abrumador. Más de un centenar de equipos de composición mixta (estudiantes, investigadores, programadores y especialistas en cultivo) de todo el mundo se inscribieron en la emocionante competición. Grodan es uno de los patrocinadores que facilitan la competición y proporcionan a los equipos participantes sensores GroSens slab y slabs de sustrato.
No es nuevo, pero sí innovador
El cultivo basado en datos no es una novedad. Al fin y al cabo, los agricultores llevan bastante tiempo basando sus estrategias de cultivo en datos climáticos medidos dentro y fuera de sus invernaderos, comparándolos con datos anteriores o con los obtenidos por otros productores. Entonces, ¿a qué se debe este repentino interés por el cultivo basado en datos?
"Todo se debe a la evolución radical de la tecnología, que nos permite acercarnos a las plantas, y de los modelos, que predicen con precisión cómo responderán las plantas a los puntos de ajuste. También nos permiten predecir el futuro y ayudar a los productores en sus estrategias de cultivo", afirma Silke Hemming. "Las empresas tecnológicas llevan tiempo trabajando en plataformas de datos para la alimentación. La aparición de nuevos modelos de ingresos en la producción de plantas -como los conceptos de agricultura vertical y el cultivo intensivo con luz LED- está intensificando la necesidad de métodos de control y acelerando los avances en el cultivo basado en datos. El Desafío es una forma estupenda de adquirir más conocimientos y experiencia, probar nuevas tecnologías y aprender de los resultados."
De reactivo a proactivo
En la actualidad, el desarrollo de un cultivo sigue basándose principalmente en las observaciones personales y el instinto. Según el investigador, incluso los agricultores más tradicionales se están dando cuenta poco a poco de que la tecnología está muy bien, pero no son la clave del éxito de un cultivo. "Los agricultores aún tienden a controlar el desarrollo de sus cultivos de forma muy reactiva", prosigue Hemming. "Ajustando los valores de consigna para frenar el crecimiento vegetativo o generativo, o en respuesta a síntomas de deficiencias. Pero, en realidad, en ese momento el cultivo ya lleva un tiempo rindiendo por debajo de lo óptimo. Los sensores que están apareciendo ahora le permiten controlar la evolución en tiempo real, por ejemplo las condiciones del entorno radicular de una planta, el microclima e incluso su fotosíntesis. Y esa información es precisamente lo que se necesita para actuar en una fase mucho más temprana. Puede combinar la información con modelos de crecimiento avanzados para evitar un rendimiento subóptimo. Y los resultados serán un mayor rendimiento, una mejor calidad de los productos, una mayor resistencia y un uso más eficiente de la energía, el CO2, el agua y los nutrientes".
Trabajo en curso
El investigador explica que la industria proveedora ya está ocupada desarrollando plataformas para facilitar el cultivo basado en datos y ponerlo a disposición para su uso práctico. "Su concepto e-Gro es un buen ejemplo de ello", afirma. "Estoy seguro de que este tipo de iniciativas son de gran ayuda para hacer avanzar la horticultura. Lo veo como un trabajo en curso, porque aún queda mucho camino por recorrer antes de que dispongamos de sistemas realmente autónomos que cubran todo el espectro de la observación, el procesamiento de datos y la optimización de las estrategias de cultivo." Una de las dificultades que hay que superar es que los datos relativos a los cultivos, las condiciones de crecimiento, el clima y el fertirriego proceden de distintas fuentes -algunas de ellas manuscritas, otras digitales- y que algunos datos se facilitan por minuto (clima), otros por día (cosechas) y otros por quincena (análisis de nutrientes). Analizar, combinar e interpretar todos esos datos no es tarea fácil. Además, habrá observaciones que (todavía) no se registran digitalmente, como las de los productores cuando recorren sus invernaderos para inspeccionar los cultivos.
Relevancia
Hemming: "También debemos preguntarnos si todo lo que estamos midiendo ahora y todo lo que podríamos medir es realmente relevante para lo que realmente queremos saber, es decir, cómo se sienten las plantas y si están rindiendo lo mejor posible. La respuesta a esta pregunta es, por supuesto, "no". Es más, no todos los datos que ahora se miden pueden interpretarse fácilmente o traducirse en acciones concretas. Todavía no podemos analizar una planta tan a fondo como nos gustaría, pero no cabe duda de que estamos avanzando".
Entonces, ¿qué pueden hacer los productores una vez que dispongan de los datos pertinentes deseados? Por supuesto, pueden utilizarlos para controlar la producción, la calidad y el momento de la cosecha, pero para maximizar realmente sus beneficios necesitarían también información sobre el mercado.
Nueva generación
Silke Hemming espera que los esfuerzos actuales culminen en plataformas que combinen toda la información pertinente y ayuden a los agricultores en sus estrategias de cultivo. Esas plataformas no harán superfluos a los productores, pero ampliarán enormemente su ámbito de control. Y eso es realmente necesario porque el número de productores capaces de hacerlo disminuye constantemente en todo el mundo. Otro aspecto favorable de una nueva tecnología como e-Gro es que puede despertar de nuevo el interés por el sector ecológico entre los jóvenes, que han crecido con juegos y aplicaciones interactivas. También son muy buenos en este sentido nuevos conceptos de cultivo como la agricultura vertical, que está despertando un gran interés internacional. Lo mismo ocurre con otros avances basados en la tecnología y la inteligencia artificial, como la robotización y la teledetección, combinada o no con drones.
"Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ha llegado el momento del cultivo basado en datos", concluye Hemming. "Eso aún no era así en 2006, cuando mis colegas hicieron un experimento en el que utilizaron modelos informáticos para controlar el desarrollo de un cultivo de pimientos dulces en nuestros invernaderos de Naaldwijk. Sus resultados fueron razonablemente satisfactorios, pero no despertaron gran entusiasmo. Espero que los avances cobren impulso en los próximos cinco años y que las plataformas de cultivo autónomas pasen a formar parte del equipamiento estándar de una nueva generación de gestores de cultivos".